EL BALCON DEL URRIELLO
Con la llegada del invierno los Grupos de Montaña intentamos planificar actividades en escenarios de media montaña, evitando así que las normalmente adversas condiciones climatológicas en la alta montaña den al traste con nuestras ilusiones de disfrutar de un día de esparcimiento en la naturaleza.
El día 6 de noviembre elegimos para desarrollar la actividad la Sierra del Cuera. Se trata de una pequeña Cordillera, un Cordal de roca caliza que ha tenido el privilegio de ubicarse a medio camino entre el Mar Cantábrico y los elevados Picos de Europa. Discurre en paralelo a ambos paisajes y se ha contagiado por igual de dos, constituyendo uno de los mejores miradores de los Picos de Europa.
A las 10,30 de la mañana ya nos encontrábamos en el alto de Ortiguero dispuestos a iniciar la ruta. La mañana se presentaba despejada y con gran visibilidad y el grupo conocía de antemano la comodidad del recorrido.
Con la conjunción de todas estas propicias condiciones, tomamos con ánimo la salida por un camino carretero que se desliza por la falda sur de la Sierra del Cuera. Alcanzamos la Collada de la Cruz de Cerraos desde donde ya empezamos a contemplar por el sur las superiores cumbres del macizo occidental de Picos de Europa cubiertas por las primeras nieves de la temporada. Las cámaras de fotos comenzaron a cumplir su cometido de manera continua y casi compulsiva. Las panorámicas lo merecían, y aunque la gran profusión en la zona de torres y cables eléctricos malograban muchos planos, ello no nos impedía insistir, en la creencia de que gracias al gran invento de programas informáticos del tipo Photoshop salvaríamos las instantáneas.
El transcurrir del camino nos llevó cómodamente, a través de un paisaje lleno de bellas rinconadas por las cabañas de Llaneces, Perdovín y Barbal, y discurriendo por “caleyes”, en medio de bosques de castaños, nogales y robles, pasando por el antiguo molín de Ricabo, alcanzamos el pueblo de cabraliego Asiego.
Asiego es una excelente atalaya, en días despejados como aquél, del Picu Urriello, y constituye un auténtico museo vivo, en el que merece la pena perderse por sus “caleyes” y admirar sus restauradas casas. En ese cometido nos encontrábamos cuando fuimos invitados al llagar de los hermanos Manuel y Javier Niembro a degustar la sidra que en ese momento estaban elaborando.
Despedimos a nuestros anfitriones agradeciéndoles las explicaciones sobre la elaboración de la sidra y continuamos el recorrido ascendiendo a la Collada Canciellu para desde allí descolgarnos hasta el Centro de Interpretación Medioambiental ubicada en el Llanu Molín. Cómodamente, gracias a las mesas y asientos del área recreativa, a la sombra de la sierra del Cuera y dando vista al macizo de los Urrieles y a la Garganta del Casañu, comimos y charlamos sin las prisas de otras ocasiones.
Tras reponer las fuerzas, la pista que discurre paralela al arroyo La Ría nos llevó hasta la villa de Carreña (capital del Concejo de Cabrales) donde finaliza esta maravillosa ruta que fue inaugurada en 2004 con motivo de la marcha de veteranos montañeros que se celebró con motivo del centenario de la conquista del Picu Urriello por Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa y Gregorio Pérez “ El Cainejo”.
(+fotos)